Hay una creencia errónea generalizada sobre que la mejor manera de propiciar la creatividad de los niños es simplemente salir de la rutina y dejarlos ser creativos. Aunque es cierto que los niños son naturalmente curiosos, necesitan apoyo para desarrollar sus capacidades creativas y alcanzar su pleno potencial creativo.
Apoyar el desarrollo de los niños es siempre un acto de equilibrio entre muchas preguntas que nos hacemos como padres o docentes: cuánta libertad, cuándo intervenir, cuándo retroceder, cuándo mostrar, cuándo decir, cuándo preguntar, cuándo escuchar…
Las claves para cultivar la creatividad son las mismas, ya sea en el hogar o en el aula. El desafío clave no es cómo «enseñar creatividad» a los niños, sino cómo crear un ambiente propicio para que su creatividad se arraigue, crezca y florezca. Sigue leyendo