La escuela es una experiencia social y, además, una experiencia ludificada atravesada por elementos de gamificación como puntuaciones, reglas, instrucciones, premios, motivación… Cuando en realidad factores como la resiliencia, la ética, el carisma, el sentido de uno mismo o un propósito deberían importan a veces más que la competencia académica en términos de “preparación para la universidad y para la carrera profesional”, que es, de alguna manera, la visión posmoderna de la escuela que a nadie parece molestar hoy.
Entonces, volviendo a la escuela como experimento social y ludificado, hay reglas para ese juego que están profundamente arraigadas. Y la gamificación por sí misma no es mala. De hecho, tiene un potencial significativo en educación. Pero para ser más consciente de lo que es y cómo funciona en el aula, algunos de estos ejemplos recogidos de la web TeachThought pueden ayudarte, aunque solo sea para usarlos mejor. Sigue leyendo →